El té frio, la bebida refrescante más saludable y barata del mundo, ¿como apareció?
Aquí teneis el relato de este apetitoso descubrimiento:
«Corre al año 1.904 cuando Richard Blenchynden, súbdito británico, regenta un stand en la Feria Mundial de Saint Louis, E.E.U.U., en el que expone las variedades de té que comercializa su compañía. Para convencer a los posibles clientes de la calidad de sus blends, ofrece humeantes tazas de té para su degustación. Sin embargo, este elemento de marketing se vuelve en su contra al invadir el estado de Misouri una repentina ola de sofocante calor. Los visitantes huían del cálido brebaje. Una tarde en la que el termómetro superaba los 110ºF, decidió llenar de hielo la tetera que contenía un resto de té y, endulzado, calmó su sed y le refrescó. Gratamen te sorprendido por su delicioso sabor y por la sensación astringente que permaneció en su boca, decidió preparar rápidamente una nueva tetera con abundante hielo y empezó a vocear su oferta de una nueva bebida refrescante y que calmaba la sed. Acababa de inventar el té frio.
«Actualmente, E.E.U.U. es el mayor consumidor mundial de té con hielo”.
En verano, con el sudor, además de líquido perdemos sales minerales, que nuestro organismo no produce de forma automática. Una buena manera de reponer estos elementos tan necesarios para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo es habituarse a tomar té frio, muy rico en minerales. Pero es que, además, el té frio es una de las bebidas que más nos quita la sed, siempre que no lo endulcemos en exceso.
Y otra cosa más. En esos días de tantísimo calor. En esos momentos en los que el excesivo calor nos paraliza, nos deja sumidos en un incómodo estado de apatía, las pequeñas dosis de cafeína que nos proporciona el té frio nos ayudan a mantener el tono, tanto físico como intelectual. Nos mantiene despiertos, activos.
¿Cómo prepararlo?
Claro, preparar un té de la forma tradicional y añadirle abundante hielo es la forma lógica para tomar un té frio al instante. Pero si lo que queremos es tener nuestra jarra de té helado en el frigorífico para tomar en cualquier momento del día, recomendamos el sistema de “maceración fría”
¿Y qué hay que hacer?
Utilizaremos agua embotellada. Si podemos escoger, la de menor mineralización posible, o agua osmótica. Introduciremos cuatro cucharadas de té, de las de postre, y dos de azúcar o su equivalente edulcorante (estevia, por ejemplo), por cada litro de agua. Llevaremos la mezcla al frigorífico y la dejaremos reposar durante ocho o diez horas. Lo ideal es prepararlo por la noche, de manera que a la mañana siguiente ya podemos colarlo y empezar a disfrutar del refresco más saludable y delicioso. Importante: el agua en la que introduciremos las hojas de té deberá ser del tiempo, nunca fría, pues contraería las hojas y no dejaría que salieran los jugos que nos darán sabor. Y si dejamos pasar unos minutos antes de llevar la mezcla a la nevera, mucho mejor.
La ventaja más notable de preparar el té por maceración fría es que retardamos considerablemente el proceso de oxidación. El té así preparado nos aguantará tranquilamente un par de días en el frigorífico, en el caso del té negro. Un día o día y medio si lo que hemos preparado es un té verde.
¿Qué tés se pueden preparar en frio?
Cualquiera. Es una cuestión de gustos. Sin embargo, los que más suelen gustar son los aromatizados con cítricos o frutas tropicales, como la maracuyá, el mango, la papaya, etc. De nuestro catálogo, los que más éxito tienen son el Lama Tíbet (11), el Lemongín (23), de los verdes. El Mango (66) o el Melocotón (63) de los negros. De los rooibos, el de Mango y Maracuyá (102) o el de Naranja (109). Y de los rojos, el Caribe (134) o el Silueta de Verano (138). Pero, repetimos, cualquier té se puede preparar en frio, es solo una cuestión de preferencias, y de imaginación.
Feliz verano y salud!